Jornada 28. FC Cartagena 4 - Cádiz CF 1

P.R.G. - Salón redondico

Una cosa te digo. Al mismo tiempo que Víctor Manuel ofrecía un concierto en el Teatro Circo, otro Víctor Manuel, este más conocido como Víctor a secas, saltaba al césped del Cartagonova y nos deleitaba con un recital digno de su categoría. Su salida fue como una señal pactada para que alguien le diera la vuelta a un disco que, hasta ese momento, nos estaba haciendo un poco de daño a los oídos con sus desafines, desajustes y poca precisión interpretativa. Incluso nuestros primeros violines parecían actuar con cuerdas de bramante. En la cara B, en cambio, nos reencontramos con nuestra mejor versión y en algunas fases llegaron a sonar los Stradivarius.

Otra cosa. El Cádiz tuvo ocasiones, algunas de ellas muy claras, para haber marcado más goles durante la primera hora del partido. Defensivamente tampoco me disgustó a pesar de haber encajado cuatro goles. Con esto quiero decir que podrían haber ganado a poco que hubieran afinado más la puntería, y esto es algo que no debemos obviar. Ni eso ni que algunos de nuestros jugadores no estan a su mejor nivel.

Y todavía te voy a decir otra cosica más. ¿No querías caldo? Pues toma dos tazas. Toché volvió a marcar y lo hizo en dos ocasiones. El segundo tanto, además, culminando una gran jugada del Cartagena de toque y triangulación. Se lo merecía, como la ovación que se llevó al ser sustituído. ¿Y sabes quién le sustituyó? Sí, el Lobo Vigil. Ya sabemos que existe en realidad y que no es un holograma. Ahora sólo nos falta comprobar si sabe jugar.