Son días felices para el sevillismo. El eterno rival, cuando creía que nada podía ser peor que lo que tenía, va a descubrir que, si se pone el empeño suficiente, cualquier cosa es susceptible de empeorar. Por mucho que diga, poco amor por sus colores demuestra quien abre la puerta del gallinero para que entre el zorro. A esto le llamo yo salir de guatemala y meterse... sí, allí.
¡Estamos de vuelta!
Hace 1 año
0 comentarios:
Publicar un comentario