Lo de ayer fue como quitarle un caramelo a un niño. Oye, eso no quiere decir que no tuviera mérito, pues hoy hay algunos niños que tienen más peligro que Willy Fog con un bonobús. Pero este no era el caso. España jugó bien, en parte por méritos propios y en parte por la debilidad del oponente y, en circunstancias normales, el portero hondureño habría necesitado una carretilla para acarrear los goles. Y eso es lo que me preocupa, que no la necesitó. Porque contra Honduras puedes permitirte fallar tantas ocasiones, pero contra otros equipos no.
¡Estamos de vuelta!
Hace 1 año
0 comentarios:
Publicar un comentario