Viviendo en un país con más de cuatro millones de parados, me siento un privilegiado al decir que no puede ver el partido porque estaba trabajando. Eso sí, ya me he empapado bien de todo lo que pasó y lo que tengo que decirte es que me alegro de esta derrota. Sí porque, aunque algo corrompida quizá por los nervios del estreno, la esencia del juego español sigue siendo la misma de estos dos últimos años. Se sigue jugando bien y, si se perdió, fue por accidente. Así que, en ese sentido, hay que estar tranquilos.
Además, le veo un efecto beneficioso al traspiés, pues puede servirnos como medicina anti-euforizante. No sé tú, pero yo ya estaba un poco cansado de escuchar que íbamos a ganar, que se preparara Brasil para la final, que nos pasearíamos por nuestro grupo y demas chorradas. Porque, entre considerarse favoritos y menospreciar al rival hay una línea muy fina que algunos ya estaban pasando. Que vayan reculando y a ver si con este calmante vitaminado se bajan un poquico los humos.
1 comentarios:
Esto es una prueba para que todos veáis o veamos , yo tbn me incluyo que españa no es para tanto , lo coge una simple suiza y mira..... ainsss
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