Párrafo 1. Ahora leo que se apela al espíritu de Torrejón para plantarnos en Primera. Si no sabes qué es eso del espíritu de Torrejón, pasa al párrafo 2. Si ya sabes de lo que va la historia, puedes ahorrártelo y pasar directamente al párrafo 4.
Párrafo 2. En 1982 el Cartagena FC ascendió a Segunda División. Era un equipo que, pese a las penurias económicas, estaba diseñado para eso, para dar el salto de categoría. Y se mantuvo durante la mayor parte de la temporada en la zona alta de la clasificación de aquél grupo II de Segunda B, luchando por una de las dos plazas de honor. En la antepenúltima jornada una derrota en Lorca complicó mucho las opciones de ascenso. En la penúltima se consiguió vencer al Algeciras, con lo que se mantenían las esperanzas.
Párrafo 3. Última jornada. El Jerez llega a ella como líder y ya ascendido, con 48 puntos. El Lorca es segundo con 47 y, tras él, están el Cartagena y el Antequerano, tercero y cuarto respectivamente, ambos con 46 puntos. El Cartagena para subir tenía que ganar su partido contra el Torrejón y esperar dos carambolas: que el Lorca no ganara en Algeciras y que el Antequerano no ganara por más de cuatro goles de diferencia al Granada. Y todo se conjugó para que las monedas cayeran de cara. El Efesé ganó en Torrejón 0-1, con el ya mítico gol de José Luis. El Antequerano sólo pudo ganar por 2-1. Y el Lorca sólo fue capaz de empatar a uno. El Cartagena consiguió un ascenso de foto finish, decidido por el golaverage. Si te interesa mi reflexión al hilo de este asunto, pasa al párrafo 4. Si mi reflexión te importa lo que a mí el cultivo hidropónico del cardo borriquero en Tasmania, no sigas leyendo.
Párrafo 4. Es cierto que hay muchas similitudes con lo que pasó entonces, y esto puede servir para demostrarnos que, empíricamente, es posible conseguirlo. Pero también puede hacernos pensar que las carambolas suceden una sola vez y ya agotamos nuestro cupo en el 82. Habrá quien tire de matemáticas para decir que aún podemos, y quien eche mano a la historia para afirmar que es imposible. Quien desgaste las teclas de la calculadora trazando combinaciones de x elementos tomados de n en n y quien argumente filosóficamente por qué el Cartagena no podrá jamás salir de la caverna. Las ciencias dicen: aún es posible, y la letras apostillan: si, pero… Es como la famosa botella. O como el cristal con el que se mira. ¿Yo?. Pues aquí ando. A ratos soy de ciencias y a ratos de letras, según sople el aire de levante (sin doble sentido) o de poniente. Lo que permanece invariable es la satisfacción que tengo porque, subamos o no, lo hemos bordado y yo lo he disfrutado como nunca.
Párrafo 2. En 1982 el Cartagena FC ascendió a Segunda División. Era un equipo que, pese a las penurias económicas, estaba diseñado para eso, para dar el salto de categoría. Y se mantuvo durante la mayor parte de la temporada en la zona alta de la clasificación de aquél grupo II de Segunda B, luchando por una de las dos plazas de honor. En la antepenúltima jornada una derrota en Lorca complicó mucho las opciones de ascenso. En la penúltima se consiguió vencer al Algeciras, con lo que se mantenían las esperanzas.
Párrafo 3. Última jornada. El Jerez llega a ella como líder y ya ascendido, con 48 puntos. El Lorca es segundo con 47 y, tras él, están el Cartagena y el Antequerano, tercero y cuarto respectivamente, ambos con 46 puntos. El Cartagena para subir tenía que ganar su partido contra el Torrejón y esperar dos carambolas: que el Lorca no ganara en Algeciras y que el Antequerano no ganara por más de cuatro goles de diferencia al Granada. Y todo se conjugó para que las monedas cayeran de cara. El Efesé ganó en Torrejón 0-1, con el ya mítico gol de José Luis. El Antequerano sólo pudo ganar por 2-1. Y el Lorca sólo fue capaz de empatar a uno. El Cartagena consiguió un ascenso de foto finish, decidido por el golaverage. Si te interesa mi reflexión al hilo de este asunto, pasa al párrafo 4. Si mi reflexión te importa lo que a mí el cultivo hidropónico del cardo borriquero en Tasmania, no sigas leyendo.
Párrafo 4. Es cierto que hay muchas similitudes con lo que pasó entonces, y esto puede servir para demostrarnos que, empíricamente, es posible conseguirlo. Pero también puede hacernos pensar que las carambolas suceden una sola vez y ya agotamos nuestro cupo en el 82. Habrá quien tire de matemáticas para decir que aún podemos, y quien eche mano a la historia para afirmar que es imposible. Quien desgaste las teclas de la calculadora trazando combinaciones de x elementos tomados de n en n y quien argumente filosóficamente por qué el Cartagena no podrá jamás salir de la caverna. Las ciencias dicen: aún es posible, y la letras apostillan: si, pero… Es como la famosa botella. O como el cristal con el que se mira. ¿Yo?. Pues aquí ando. A ratos soy de ciencias y a ratos de letras, según sople el aire de levante (sin doble sentido) o de poniente. Lo que permanece invariable es la satisfacción que tengo porque, subamos o no, lo hemos bordado y yo lo he disfrutado como nunca.
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