Va creciendo y, ya decidido a hacer carrera de pintor, centra su formación en este ámbito y conoce al dibujante Roque Pronestti, del que fue aprendiz y que fue muy importante en el desarrollo artístico de Martínez Gálvez.
Tras trabajar como ilustrador y perfeccionar su estilo, en 2000 profundiza en la pintura sobre el fútbol y, desde 2002 expone su obra en distintos eventos y exposiciones. Y es que el fútbol simboliza la pasión, la lealtad, la alegría y la tristeza. Las personas pueden cambiar de pareja, de amigos, de auto, de casa pero nunca cambian el club de fútbol, nacen con una camiseta y son fieles a esos colores para siempre.
Entre sus influencias se encuentran Norman Rockwell, Quiróz, Fader, Sorolla, Fortuny y los impresionistas norteamericanos. Y efectivamente, cuando vemos sus obras nos queda ese regusto impresionista, sobre todo en la interpretación que hace del paisaje (formado en su caso por estadios, gradas y aficiones) y en el realismo cuasi-fotográfico, tamizado por una paleta en la que predominan los colores fríos.
Para que os hagáis una idea, a continuación podéis ver dos de sus obras. Los textos que las acompañan son del mismo autor.
ACÁ LO DAMOS VUELTA
Espera ansiosa de noche copera
Acaso definir en casa, hace que sueños y esperanzas imposibles resuciten
Anécdotas y recuerdos que serán contadas cien veces.
A que ignoto lugar se irán los gritos de esta noche.
GANAR EN LA BOCA
¿Cuánto falta?...¡Terminalo cuervo!
Corazones que estallan en mil pedazos y se hacen Uno.
Rugido que nace en esas dos bandejas apiñadas de la Bombonera,
Surcando el cielo hacia todo el País.Hormigueo de torsos y colores.
¿Cómo puede resistir tanta alegría el ‘cuore’ y no reventar?.
Domingo en rojo y blanco.
Y nunca tan rojo y blanco como cuando se gana en La Boca.
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